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Los programas-contrato

COMUNICACIÖN ORAL. Desde la recuperación de las libertades en España, los partidos políticos democráticos venían planteando sus propuestas en los tradicionales programas electorales. En ellos se plasmaban de un modo ordenado, pero general, las demandas ciudadanas, generalmente obtenidas de los colectivos representativos en cada materia, puestas en consonancia con las razones políticas e ideológicas que estructuran las posiciones partidarias, en muchos casos recogidas genéricamente en las resoluciones de sus congresos.
Es en el ámbito municipal donde la acción política repercute con mayor intensidad en la vida cotidiana de los ciudadanos, produciendo en consecuencia un efecto resonante en las necesidades y reivindicaciones que estos demandan, por lo que los partidos se veían obligados muchas veces a aplicar un especial esfuerzo de concreción programática ante los electores locales. Pero para poner de manifiesto su verdadero interés por resolver los problemas de la ciudadanía, al grado de concreción de los compromisos programáticos que se fuera capaz de asumir se fue añadiendo, de manera natural, un requisito cada vez más extendido para la credibilidad de los mismos: la garantía de cumplimiento de esos compromisos una vez finalizado el periodo electoral.

Motivada por la reflexión anterior, se inició en 1998 una experiencia pionera que ha terminado renovando los sistemas de elaboración de propuestas electorales en muchos municipios, comunidades autónomas e incluso a nivel de toda España: se trata de actuar de modo que, manteniendo las señas de identidad definidas desde las posiciones de partido, se desarrolle una nueva fórmula: plasmar los compromisos por escrito no ya en el conjunto de formulaciones recogidas en un programa electoral, sino mediante contratos rubricados con las diferentes entidades ciudadanas, en los que se plasman las cuestiones que éstas consideran necesarias para elevar el nivel de calidad de vida de los ciudadanos a los que específicamente representan.Una vez matizadas, aceptadas o rechazadas, se elabora un borrador en el cual se han incluido además, tres elementos. En primer lugar, la génesis y desarrollo urbano del territorio afectado, utilizándose para ello los estudios históricos, geográficos, socioeconómicos y culturales de los que se dispone. En segundo lugar, en su caso, la coherencia con los principios ideológicos mayoritarios en la institución que lidera el proceso. En tercer lugar, posibles matices al texto estándar original, que pudiesen producirse en función de las características peculiares de la, o las, entidades firmantes. El borrador es devuelto a la entidad proponente para su "negociación" y posterior elaboración definitiva del documento, que se integra tras su rúbrica por ambas partes en el cuerpo del Programa Electoral, que se articula en medidas de carácter general por una parte y en medidas de carácter concreto por otra, con el compromiso público de elevar a propuestas de gobierno esas medidas así recogidas con el fin de satisfacer las reivindicaciones planteadas por los diferentes colectivos ciudadanos.

Autoría:

Alfredo Sánchez Monteseirín    
Fundción Progreso y Salud/ Instituto de Saud Carlos III
España

 

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